Asimismo, más de 100.000 ciudadanos asistieron a esos actos, que se realizaron en tarimas ubicadas en esquinas céntricas, parques y plazoletas de la capital, incluida la emblemática plaza de Bolívar, escenario de la jura de Petro y Márquez.

Esos números rompieron el protocolo tradicional de las tomas de posesión de los presidentes de Colombia, afirmó la gestora cultural Adriana Mejía Aguado, según reportó la Presidencia de la República en su sitio web.

Así, desde muy temprano, las principales zonas de Bogotá fueron tomadas por comparsas, grupos folclóricos, cantantes, bailarines, conjuntos musicales, poetas y recitadores, con el objeto de dar forma a una “gran fiesta popular” bajo el eslogan “Colombia renace”.

Las agrupaciones artísticas provinieron de diferentes puntos del país: Yopal en Casanare; el archipiélago de San Andrés, Santa Catalina y Providencia; el puerto de Tumaco, en Nariño; Guapi y Timbiquí, en el Cauca; Vélez y Piedecuesta, en Santander; Quibdó, en Chocó; Leticia, en el Amazonas; el puerto de Buenaventura, en el Valle del Cauca; los Montes de María, entre Sucre y Bolívar, y diferentes localidades de Bogotá.

 

Así terminó el discurso del presidente Gustavo Petro el día de su posesión en la Plaza de Bolívar. En medio de aplausos los asistentes gritan "sí se pudo".

En los escenarios dispuestos para ese “estallido cultural” -como lo definió Mejía Aguado- estuvieron artistas reconocidos como Andrea Echeverri y Héctor Buitrago, del grupo Aterciopelados; David Kawooq, de la banda Doctor Krápula, y los cantantes Adriana Lucia y Wilson Manyoma, quienes invitaron a reconocer a la cultura como herramienta de cohesión para construir un mejor país.

También desfilaron las comparsas del Carnaval de Barranquilla y del Carnaval de Blancos y Negros de Pasto, así como danzantes indígenas -como Walka, del cabildo Kichua, de Bogotá- ondeando la “wiphala”, la bandera cuadrangular de siete colores que representa, en la cosmogonía de los pueblos ancestrales, a la Pachamama (la Madre Tierra), los runas (hombres) y la armonía.

Estuvieron presentes, asimismo, Chicos Dance, un grupo de jóvenes que pertenecen a la Comuna Cinco de Quibdó (Chocó) y que apuesta a la paz mediante el baile. Desde su corta edad, estos jóvenes buscan aportar con su talento cultural a la reconciliación.

Por otra parte, brindaron su sello innovador grupos folclóricos alternativos como Patapelá -integrado por 12 artistas provenientes de Sincelejo, Corozal, Chalán y Morroa-, que lleva tres años haciendo música del Caribe colombiano con letras que hablan del empoderamiento de la mujer, la tierra y la labor del campesino.

Con Patapelá, compartieron tarima el Duo Consecuencias y la cantante llanera Elda Flórez, de Yopal (Casanare); los Coconut Group, de San Andrés, y Ruca y el Quinde.

A su vez, se presentó La Mojarra Eléctrica, una banda representativa del nuevo sonido moderno afrocolombiano, considerada pionera en este nuevo género y que lideró la escena de esta música contracultural, llegando a escenarios nacionales e internacionales con éxito.

Todos estos artistas multiplicaron el mensaje de “un buen vivir, un buen mañana y un buen futuro”, afirmó Víctor, autoridad indígena que encabezó la representación del pueblo inga del Putumayo.

Uno de los números más originales fue la manifestación de grupos étnicos y afros realizada esta mañana en el Planetario de Bogotá. “Venimos porque hoy se inicia el cambio”, sostuvo el vocero de un grupo de indígenas kichwa, según el sitio web La Silla Vacía.

Al son de tamboras y quenas también danzaron grupos artísticos e indígenas de toda la región andina, incluidos bailarines de Perú, Ecuador, Bolivia y Colombia que llegaron para presenciar la asunción de Petro.

“Estamos convencidos, como grupos étnicos, que Colombia necesita la paz total; estamos muy emocionados y yo sé que se puede lograr; históricamente hemos sido excluidos y reducidos, y queremos que eso cambie”, dijo Jorge Lara, coordinador del Grupo Colectivo de Pueblos Étnicos, conformado por la comunidad afro y palenquera del país.

Lara agregó que su ilusión es que las personas afro puedan ser parte del nuevo gobierno y cree que es posible con el liderazgo de la vicepresidenta Márquez.

La movilización finalizó en el Parque de los Periodistas, donde se levantó una de las cuatro tarimas que fueron escenario de 1.000 artistas.

“Somos millones, no nos acabamos, como las hormigas”, afirmó Andrés Yanza, quien junto a su compañera Angélica Muñoz vive en Popayán, a 591 kilómetros al sudoeste de Bogotá, y el jueves empacaron ropa para un par de días, un redoblante y unas gorras de su grupo Juventud Rebelde, y pusieron rumbo a la capital.

Tras hacer más de 10 cuadras de fila para entrar a la plaza de Bolívar, Andrés y Angélica se veían eufóricos por haber cumplido el objetivo.