SOCIEDAD
29 de octubre de 2023
Gioconda Belli: las tiranías no son eternas. Nicaragua será libre
Gioconda Belli, escritora y poeta nicaragüense, habló recientemente con Radio Progreso sobre su segundo exilio, tras la expropiación de sus propiedades en Nicaragua por parte del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Una de las propiedades que le quitaron fue su casa en Managua, de la que era propietaria desde los años 80 y que consideraba su «ombligo en el mundo».
Además de perder sus bienes, el régimen también la despojó de su nacionalidad.
A pesar de estos desafíos, Belli se mantiene optimista sobre el futuro de Nicaragua, afirmando que las tiranías no son eternas y que la realidad del país cambiará.
Esta perspectiva tiene sus raíces en sus experiencias como activista política y su creencia en el poder del pueblo para lograr el cambio. Belli ha estado involucrada en la lucha contra la dictadura de Somoza en la década de 1970 y luego se unió a los sandinistas, sirviendo como enlace de prensa internacional del FSLN y director de Comunicaciones del Estado.
Los escritos de Gioconda Belli incorpora las luchas políticas y sociales de Nicaragua, con un énfasis particular en cuestiones de opresión de género. Es conocida por sus contribuciones a la literatura nicaragüense y ha recibido numerosos premios, entre ellos el Premio Mariano Fiallos Gil por su libro «Sobre la grama».
Ante la creciente tensión y represión en Nicaragua, las palabras de Belli sirven como recordatorio de que la esperanza y la resiliencia pueden prevalecer, incluso en los tiempos más oscuros.
RP. ¿Qué se hizo mal? ¿Por qué permitimos que una revolución que prometía tanto acabara en esto?
GB. Porque la revolución no fue tan exitosa como pensamos que iba hacer.
Creo que es importante recordar retrospectivamente desde un espíritu crítico, porque lo que pasa en las revoluciones es que cuando uno llega al poder y los revolucionarios creemos que tenemos toda la razón, toda la verdad, queremos cambiar todas las cosas de un día para otro. Y la mentalidad de izquierda es que los ricos son el enemigo. Se toma un discurso que no es coherente con la realidad de los países en los que vivimos. Porque a los ricos lo que se le debería de poner son enormes impuestos, creer que de un momento a otro se va a acabar la pobreza sólo porque se les quitan las cosas a los ricos no es verdad, eso lo que hace es empobrecer más el país debido a que la gente que tiene los recursos, las inversiones, etc. se comienza a ir, y eso lo hemos visto en Cuba y en Venezuela.
Entonces lo que pasó en Nicaragua es que nos pusimos muy dominantes, queríamos hacer las cosas a nuestro modo, queríamos que la gente entendiera lo que estábamos haciendo, que los campesinos entendieron que era para su bien, pero al final lo que se creó fue una gran incomprensión. Una vez que estuvimos en la guerra la gente que era autoritaria fue la que tuvo la voz cantante y todos los cambios y los sueños que queríamos hacer se fueron posponiendo para cuando llegara la paz, y la verdad es que cuando llegó la paz la gente ya estaba cansada y quería un cambio, ya no quería más guerra y fue por eso que ganó Violeta Chamorro, para intentar decirlo de una manera muy simplificada.
RP. ¿Qué ha significado este segundo exilio, ahora calificada como enemiga de la patria?
GB. Es importante recordar que, en el año 2018 cuando Daniel Ortega gana las elecciones muchos de nosotros ya temíamos lo que iba pasar porque él venía actuando de una manera no sandinista. Recuerdo que una de las luchas que vendió fue el aborto terapéutico cuando había sido una lucha de las feministas en Nicaragua desde el siglo XIX, incluso se alió con Arnoldo Alemán uno de los presidentes más corruptos que ha tenido Nicaragua, todo porque no quería dejar el poder. Comenzó a cambiar la Constitución, hacer fraude y para el 2018 la gente ya no lo quería en el poder. Fue tanta la desaprobación que las acciones de movilización y protesta iniciaron por la ley del seguro social, penosamente la respuesta del gobierno fue agredir con violencia a las personas que estaban en esas movilizaciones.
Comenzó a matar a los estudiantes que se refugiaban en la universidad. Comenzaron las agresiones a las protestas pacíficas y a población desarmada. A partir de ahí la represión no se detiene, creo que tiene que ver con el sentimiento que Ortega tiene de venganza contra todos los que él cree son los responsables del levantamiento popular.
Yo, por ejemplo, ni siquiera estaba en Nicaragua cuando pasó, me encontraba en una residencia de escritores en Italia, o sea yo no tuve nada que ver, claro que lo apoyamos, pero todo fue impulsado por la gente. Y por eso nos están castigando como traidores porque según ellos, hicimos todo esto para dar un golpe de Estado, incluso nos dicen aliados de Estado Unidos, cuando este país nos abandonó, no le importa lo que pasa en Nicaragua.
RP. En septiembre se te despojó de tus bienes, particularmente tu casa. ¿qué sientes frente a esto?
GB. Es extremadamente doloroso y chocante porque no únicamente soy yo, somos un montón de personas que luchamos por la revolución, que entregamos nuestra juventud y que ahora en estas edades nos hagan eso, no es justo. Tengo amigas que les han quitado la pensión de jubilación, además de su casa. En mi caso yo me puedo mantenerme con mis libros, pero hay gente que no tenía nada porque ya estaba retirada. Es una crueldad lo que han hecho con Monseñor Álvarez, dándole una condena de 26 años de cárcel por decir discursos que no les gustaban a ellos, y a todos nos han inventado cargos sin ninguna prueba y sin darnos el derecho a la defensa ante todas estas acusaciones de traición, y no es cierto.
Yo confieso que estoy dolida, no es fácil ver tu trabajo y todo lo que te ha costado, esa casa la tenía desde el año 1984, yo creía que allí morirá con mis nietos, esa casa estaría llena de mis libros, de mis energías, de mi creatividad. Era un lugar importantísimo, era mi ombligo en el mundo. Me siento absolutamente agredida.
RP. ¿Te han ayudado a sanar este difícil momento las letras?
GB. Sí, yo soy muy fuerte. Este es el segundo exilio de mi vida y no me voy a echar a morir porque yo soy más, mi centro soy yo, mi centro es mi corazón, mi centro son mis pensamientos. Mientras yo puedo pensar, trabajar y pueda estar viva y sana yo creo que seguiré haciendo lo que siento que es correcto.
Voy a seguir luchando por Nicaragua, jamás he pensado callarme en ningún instante y no me van a callar ni me van a amedrentar. Porque uno no se lleva la casa cuando se muere lo que me llevo es mi dignidad, me llevo mis pensamientos, mis sueños, que están ahí todavía.
RP. Si te tocara escribir un libro de este momento, sobre qué líneas serían. ¿qué tendrían esas páginas?
GB. Yo les recomiendo que lean una memoria que escribí sobre la lucha de la revolución que se llama: El país bajo mi piel, que son memorias de mi involucramiento en la revolución. No sé si voy a volver escribir una cosa así porque yo ahora estoy escribiendo poesía, acabo de terminar una novela, yo no voy a parar de escribir porque para mí escribir es ser. Escribo y luego soy. Escribo y luego pienso. Entonces no tengo ganas de escribir una novela sobre Rosario Murillo y Daniel Ortega, porque tendría que pensar demasiado en ellos y no quiero pensar en ellos porque no me interesa, porque me parece que son una pareja nefasta que no tienen mayor cosa de la que hablar, aparte de su ser nefasto y su exotiquez y sus discursos aburridos y su manipulación de la mentalidad popular diciendo que son católicos, hablando de Dios y sosteniendo un lema que es mentira: Nicaragua Cristiana, Socialista y Solidaria, nada de eso. No tengo ganas de ocuparme de ellos porque cuando uno escribe tiene que pasar pensando, creando ese mundo donde van a existir esos personajes y realmente no me inspiran esos personajes.
RP. ¿Qué escenarios crees pueden poner sin a la salida a la crisis en Nicaragua?
GB. Falta una gran solidaridad latinoamericana, empezando por Centroamérica. Por ejemplo, tu presidente (Xiomara Castro) salió diciendo que quería que levantaran el bloqueo sobre Nicaragua, Nicaragua no tiene ningún bloqueo, Nicaragua es socio fundamental de Estados Unidos. Nicaragua exporta carne, oro y todo tipo de cosas hacia Estados Unidos, inclusive remesas que son casi 2 mil millones de dólares al año, las que están sosteniendo la economía. No hay solidaridad, nosotros nos sentimos solos en Centroamérica porque en vez de condenar lo que está pasando se apoya a un gobierno como el de Daniel Ortega. Se apoyan los valores que dice tener ese gobierno, pero que no son cierto. Daniel Ortega no es una persona de izquierda no está por los pobres está únicamente para enriquecerse él y su familia.
Y el Frente sandinista se ha convertido en un esperpento porque ya no existe como partido. La gente está inmóvil porque tiene miedo de que la metan presa. Es una situación muy difícil. Pero yo tengo la confianza que no durará mucho porque están haciendo muchas torpezas.
RP. ¿Cuáles son las esperanzas? En dónde descansan o cómo las alimentas.
GB. Yo tengo fe en el ser humano, mis esperanzas han sido en la humanidad, en que los valores buenos prevalecerán. En que otro mundo es posible, pero claro eso tarda. Ya había cumplido un sueño con la revolución, pero espero que se cumpla este segundo sueño de ver a mi país libre, sé que este me quitará un poco más de tiempo, pero va a suceder porque las tiranías no son eternas. No sé de dónde saco fuerzas, pero mi corazón me lo dice.
Entrevista producida por Radio Progreso de Honduras.
Ver nota original en: Gioconda Belli: las tiranías no son eternas. Nicaragua será libre – Radio Progreso (radioprogresohn.net)
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