La Casa Museo es un proyecto colectivo dedicado a recordar la vida del sacerdote jesuita e ingeniero español nacionalizado salvadoreño y fundador de la Asociación Pro-Búsqueda. Construyó puentes, pozos y carreteras en varias de las comunidades más pobres de El Salvador. Desde 1986, el padre Cortina, junto a otros religiosos, trabajó por el desarrollo de Chalatenango, centrando sus esfuerzos en la comunidad de Guarjila.

El museo está ubicado en la vivienda en la que Cortina vivió en los últimos nueve años de su vida. En la actualidad la casa museo tiene objetos que le pertenecieron, fotografías y artículos sobre el apoyo que brindó a la gente.

Por su parte, el director de la Asociación Pro-Búsqueda, Eduardo García, manifestó que el legado del sacerdote Jesuita, Jon Cortina, logró la reconciliación de muchos menores desaparecidos durante la guerra con sus familiares. “Yo creo que a estas alturas de la situación en la que estamos, en la que el fenómeno de desaparición se vuelve a repetir y llena de luto a muchas familias, de desesperanza, nadie en su sano juicio puede estar en desacuerdo en que es bonito, bueno, buscar a las personas desaparecidas. El padre Jon Cortina, como decía hace poco un hermano jesuita de él, Chema Tojeira, que tuvo la habilidad, de un terrible delito, un crimen de lesa humanidad de la desaparición forzada de los niños, transformarlo en algo agradable, un abrazo, un reencuentro para poder reconciliar al país. Ese es el legado del padre Jon”. Para García, 16 años después, Pro-Búsqueda sigue trabajando en reencontrar muchos niños desaparecidos.

La Casa Museo Jon Cortina fue inaugurada el 9 de diciembre de 2006 en la comunidad de Guarjila, Chalatenango, en memoria del sacerdote jesuita, quien falleció en diciembre de 2005.

María Emma Galdámez recuerda que le dio al padre cortina dónde vivir por un tiempo, en su casa ubicada en el centro de Guarjila. Dijo recordarlo como un familiar y los aportes que dio a la gente. “Cuando venían sus visitas él me presentaba a mí como segunda mamá, el hecho que estaba en mi casa, nosotros también lo cuidábamos a él, salía y yo le cuidaba sus cosas, limpiándole su sala, pues lo queríamos como a un miembro de la familia más. Sigue en nuestros corazones, no lo olvidamos, vivió desde el año 82, alrededor de 7 años vivió ahí”.

La Casa Museo Jon Cortina S.J. recuerda el compromiso que el sacerdote tuvo con la gente de las comunidades. Su reapertura se dio en el marco de la celebración del decimo quinto aniversario de su legado.