Jeannette Aguilar señala que en el contexto actual, en el que hay cada vez más elementos para afirmar la existencia de un pacto, la racha de homicidios podría obedecer a una fisura entre el gobierno y las pandillas. En experiencias de gobiernos anteriores, han mediado entregas de dinero, beneficios y garantías de impunidad para las pandillas.  

En este contexto, ¿qué se requiere para que haya un verdadero control de los territorios?

Para Aguilar, el país necesita una política criminal integral, programas de prevención de violencia y una política de rehabilitación en los centros penales.  

El informe del Observatorio Universitario de Derechos Humanos de la UCA, OUDH, sobre el estado de los Derechos Humanos en El Salvador en 2021, señala que la tasa de homicidios continúa siendo elevada, en niveles considerados epidémicos. El año 2021 cerró con una tasa de 17.7 homicidios por cada 100 mil habitantes. Se considera no epidémico cuando se ubica por debajo de las 10 personas por cada 100 mil habitantes.

Además, en el informe del OUDH se estima que persiste un escenario negativo en virtud de la ocurrencia de momentos o períodos de “repuntes de homicidios”, como sucedió en noviembre de 2021, cuando el promedio pasó de 3 a 16 homicidios diarios, circunstancia que evidenció la capacidad de daño letal que continúan teniendo, principalmente, las pandillas y pone en duda la sostenibilidad, en el mediano y largo plazo, de la reducción de muertes violentas.