Por: Soledad Acuña

La gran batalla medioambiental que hoy enfrenta la humanidad en esta materia junto con enfrentar el cambio climático, es también la batalla por derrotar el plástico, un material que hoy en día nos está consumiendo cada vez más y se está produciendo en grandes cantidades y que tiene un carácter permanente. Para entender la cantidad del plástico que está inundando el mar, es como si cada un minuto un camión de basura botara sus desechos al océano, sin detenerse y hay que pensar que hace alrededor de 40 años que incorporamos la cultura del plástico en esta sociedad. En cifras, cada año en el mundo se usan 500 mil millones de bolsas plásticas. Esas bolsas plásticas utilizadas en los supermercados, que son las bolsas llamadas “bolsas de camiseta” y que son de un sólo uso, para la fabricación de cada una de estas bolsas nos demoramos un minuto en fabricarla, 15 minutos en utilizarlas, y comienzan a degradarse después de 400 años. Y esto es una lógica que nosotros siempre ponemos en cuestionamiento desde Greenpeace, que es cómo se puede manufacturar o diseñar elementos que están pensados para ser utilizados por un tiempo corto, un par de minutos, a lo máximo una temporada, desde el punto de vista de la industria textil, pero que están desarrolladas, creadas, manufacturadas con materiales que son particularmente eternos. Entonces la lógica es un poco el mundo al revés. En el mundo, cada un minuto se compran también un millón de botellas de plástico para que empecemos a ver las dimensiones. En la última década, la humanidad produce más plástico que todo el siglo pasado. Y para el 2050, el 99% de las aves marinas habrán ingerido al menos una partícula de plástico. Y esto es bien interesante y muy importante, y es por eso que a esta campaña le hemos dado un carácter de urgente, porque el plástico que se está produciendo, no solamente está disgregado por todos los lugares de nuestro continente y de nuestra tierra, sino que también está micro-fragmentado por la corrosión, por el paso del tiempo; este material no desaparece, sólo se desintegra en miles de millones de partículas de plástico, lo que hace que estas partículas sean tan invisibles y comiencen a pasar filtros industriales, y después por los filtros biológicos, como los moluscos, las esponjas de mar, para definitivamente incorporarse y colarse en nuestra cadena trófica, que muchas de las personas ya estamos empezando a consumir plástico, porque ya están alojados en los peces y en la fauna marina. En un reciente estudio que nosotros hicimos como Greenpeace, dimos a conocer que se ha encontrado plástico en las aguas y en la nieve también recién caída de la Antártica.