Por: Gerardo Duré

Cuando digo protagonismo es porque quizás no haya hombres que se carguen a la realidad ni se encarguen y se hagan cargo de esa realidad (al decir de Ellacuría) como Sonia Lemos, secretaria general del sindicato de tareferos (cosechadores de la Yerba Mate) en Montecarlo, provincia de Misiones.

Sonia comenzó a trabajar en la tarefa a los 11 o 12 años y a sus cuarenta y tantos su cuerpo, su rostro, su mirada son pergaminos en los que uno puede ver, leer y sentir sus historias, su experiencia, sus sacrificios, sus debilidades, sus penurias. Pero Sonia lejos de amilanarse por la realidad en la que ha crecido y que le ha tocado vivir, saco de sus entrañas, que solo las mujeres fuertes saben de donde la sacan, esa fortaleza que le permitió ponerse de pie, ser una referente de los tareferos y su familia, ser la protagonista hoy día de un reconocimiento que ojalá le permita cambiar un poquito su vida de aquí en más.

Sus ojos brillan llenos de vida, nunca agachó la cabeza, su amor propio, su amor por su familia, su amor por su trabajo, la puso en el horizonte con aquellas mujeres lideresas que hacen historia, que marcan caminos y son guías en la lucha contra la vida amenazada. Sonia es esperanza para otros y otras.

El próximo 3 de marzo Sonia será distinguida con el premio “Berta Cáceres” por La "Red de Defensoras del Ambiente y el Buen Vivir" (RedDABV) en el marco de las actividades del 8M y en conmemoración del aniversario del asesinato de Berta Cáceres

El premio “Berta Cáceres” se entrega a mujeres y organizaciones del país, en honor a las trayectorias de vida y militancia que apuntan a favorecer la colaboración solidaria, jurídica, política, económica y sanitaria de mujeres que protagonizan la defensa del ambiente y la construcción del buen vivir.

El acto de entrega de la distinción, que incluye el panel “Desafíos actuales del Ecofeminismo”. Será en el Honorable Congreso de la Nación.

Este reconocimiento es su triunfo personal que le gano a la vida y también es el triunfo de cientos de mujeres tareferas que le siguen peleando a su patron abusador un futuro mas digno para ellas y sus familias. Espero que también en su provincia sea reconocida como la lideresa que es y se respete sus derechos y los de sus compañeros y compañeras para que la lucha no sea tan desigual. Ella y todo el mundo tarefero se lo merecen porque como dice mi amigo Rubén Ortiz “que el placer de tomar mate no descanse sobre la esclavitud de los tareferos”