La sustentabilidad es “la capacidad que haya desarrollado el sistema humano para satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer los recursos y oportunidades para el crecimiento y desarrollo de las generaciones futuras”.

Este concepto hace referencia al uso responsable de los recursos actuales del planeta y busca “preservar, proteger y conservar” los recursos naturales tanto de la generación presente como futura. En consecuencia, si aseguramos la continuidad de los recursos para que puedan ser aprovechados por las generaciones futuras, estaremos ante un proceso sustentable.

Por otro lado, la sostenibilidad es “aquello que, especialmente en ecología y economía, se puede mantener durante largo tiempo sin agotar los recursos o causar grave daño al medio ambiente”.

Este concepto contempla la importancia básica de los recursos naturales, y busca un desarrollo social que contribuya a mejorar la calidad de vida de todo el mundo. Es por eso que cuando hablamos de desarrollo sostenible nos referimos a un proceso que reúne tres aristas interdependientes: economía , medio ambiente y sociedad. Esta relación se traduce en desarrollo económico y social respetuoso con el medio ambiente, es decir, desarrollo soportable en lo ecológico, viable en lo económico, y equitativo en lo social.
Si bien ambas buscan preservar los recursos de nuestro planeta, la principal diferencia entre la sustentabilidad y la sostenibilidad es que la primera se centra en estos recursos y su uso racional, mientras que la segunda tiene en cuenta la dimensión medioambiental, social, económico, político y cultural.