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EXTRACTIVISMO

5 de junio de 2022

Diez años de un triunfo popular: cuando Loncopué votó y dijo "no a la megaminería"

ARGENTINA:
El 3 de junio de 2012 Neuquén vivió un hecho inédito. Un pequeño pueblo cordillerano logró, con mucha organización, llegar a un referéndum para decidir sobre el extractivismo. De un lado, el gobierno del Movimiento Popular Neuquino y la multinacional china MCC; del otro: vecinos y vecinas. Y, en un ejercicio de democracia real, el 84 por ciento rechazó la megaminería.

Por Viviana Vaca*

Este 3 de junio se cumplen diez años de cuando el pueblo de Loncopué realizó un referéndum histórico que dijo "no a la megaminería". Una demostración concreta de la autodeterminación de una población dispuesta a decidir su futuro y a defender la vida. Repaso de un triunfo popular frente al extractivismo.

Loncopué y años de organización

La historia comenzó en octubre de de 2007 cuando, de la noche a la mañana, nos dimos cuenta de que la empresa de capitales canadienses Golden Peaks realizaba tareas de exploración en un campo privado a ocho kilómetros de Loncopué. Buscaba oro sin haber realizado los correspondientes estudios de impacto ambiental ni convocado a audiencia pública.

La palabra “megaminería” parecía tan lejana que nos despertó de golpe y bruscamente. En esos primeros días nos reunimos unos pocos vecinos y vecinas, sorprendidos por el pedido que hacía el sacerdote de la localidad pidiendo información a las autoridades de turno.

Ese fue el inicio de nuestra Asamblea: AVAL (Asamblea Vecinxs Autoconvocadxs Loncopué). Tuvimos la gran suerte de que en esos meses se había instalado en nuestro pueblo un abogado que venía de caminar la lucha de Esquel contra la megaminería. Nos ayudó mucho a empezar a comprender la complejidad del extractivismo minero.

En pocos días armamos un recurso de amparo. El Juzgado Civil de Zapala frenó los trabajos de la empresa hasta que diera cumplimiento a lo mínimo que se requiere para iniciar trabajos de exploración. Sorprendentemente, la empresa desistió de continuar la exploración y se retiró.

Felices con este primer triunfo desconfiábamos que todo hubiera sido tan fácil y rápido. Nos propusimos entonces ganar tiempo para una posible próxima embestida minera en el territorio y empezamos un camino de estudio y capacitación acerca de lo que implicaba la minería a cielo abierto.

La alegría duró apenas unos meses. En octubre del 2008 la empresa MCC de capitales chinos intentaba abrirse paso en nuestra zona, apoyada y avalada por los gobiernos provincial y municipal, que no dudaron en fraguar ventas, permisos y allanar caminos para que pudiera comenzar el proyecto minero en el Cerro Tres Puntas, territorio del lof mapuche Mellao Morales, en la zona llamada Campana Mahuida. En esta oportunidad, la mina era de cobre.

Ya nada fue igual

A partir de ese momento, ya nada fui igual. Poco a poco fuimos descubriendo la complicidad y connivencia de los funcionarios municipales y provinciales con estos proyectos de muerte.

A pesar de que mucha gente creía que “ya no se podía hacer nada”, no nos dimos por vencidos. Siempre se puede hacer algo.

El punto más importante fue la información. Si un pueblo está informado puede decidir con dignidad y responsabilidad.

Empezamos a visitar las comunidades criollas y mapuches que iban a ser directamente afectadas por el proyecto. El cerro Tres Puntas está enclavado en territorio de la comunidad Mellao Morales pero rodeado también por parajes criollos: Cajón de Almaza, Zanjón Hondo, Campana Mahuida.

Fue un trabajo de “hormiguitas” (con todo el valor que tiene ese trabajo). La gente no tenía idea de lo que significaba la “megaminería”. Muchos se entusiasmaban al principio porque pensaban que era la actividad de antes, la de pico y pala, artesanal.

Utilizamos diversas estrategias: folletos, calcomanías, programas de radio. Organizamos espacios de discusión académica en Neuquén Capital y en Loncopué. Llevamos la problemática a Neuquén y animamos la conformación del Foro Permanente por el Medio Ambiente, que nos ayudó muchísimo para poder instalar el tema en la ciudad capital. Hicimos marchas tanto en Loncopué como en Neuquén y contactos de prensa, entre otras acciones. Y luego de un año de incansable lucha logramos –mediante diversas acciones judiciales y la movilización popular– que el Tribunal Superior de Justicia suspendiera todo el proceso hasta que se llevara adelante el juicio que investigara si el contrato de venta que Cormine (Corporación Minera de Neuquén) había firmado con la MCC de China era legal o no. Ente otras irregularidades sobresalía que no se había consultado al Pueblo Mapuche, como establece el Convenio 169 de la OIT.

Votar para decidir el presente y el futuro

Dos años después decidimos proteger también nuestro ejido municipal, presentando en el Concejo Deliberante un anteproyecto de ordenanza para prohibir la minería a cielo abierto mediante el mecanismo de iniciativa popular. La Ley 53 de Municipios de Neuquén permite a la ciudadanía poner a consideración un anteproyecto de ordenanza sobre una temática particular. Con el respaldo del 23 por ciento del padrón electoral (mediante firmas), los vecinos y vecinas presentaron el anteproyecto para prohibir la megaminería en la localidad.

Por distintos artilugios burocráticos el Concejo Deliberante no trató el proyecto e intentó aprobar uno afín al extractivismo. De forma automática, y sujeto a la Ley neuquina, el no tratamiento del proyecto impulsado por los vecinos se transformó en un llamado a referéndum.

Así fue que se conformó la "mesa del sí", que significaba sí a ordenanza de prohibición de la megaminería. Y casa por casa comenzamos a explicarle a nuestros vecinos por qué era importante votar.

El referéndum fue convocado para el 3 de junio de 2012. El voto era obligatorio, pero algunos pocos —ligados al poder político— empezaron a distribuir folletos y enviar mensajes de texto con amenazas del tipo: "Si vas a votar que vas quedar sin trabajo".

Pero nada pudo empañar la alegría y la decisión de la gente. Se acercó a votar el 73 por ciento del padrón electoral. Y, de ese total, el 84 por ciento le dijo "sí" a la ordenanza de los vecinos y vecinas.

Por todo esto (y muchas cosas más que no caben en un solo artículo), es muy importante que todos los 3 de junio hagamos memoria de lo que vivimos como comunidad.

Además, desde el 2014 el Concejo Deliberante y el Ejecutivo Municipal declararon mediante Ordenanza 1210/14 (y su modificatoria 1305/16) que el 3 de junio es el "día de la gente". Porque fue la gente, el pueblo, el que defendió las montañas, los ríos, la Mapu y eligió la vida.

A diez años de aquel día histórico, sentimos que hicimos lo que teníamos que hacer, cuando un pueblo quiere: puede. Y Loncopué lo demostró.

Con el corazón emocionado y siempre alerta seguimos diciendo: sí a la vida, sí al ambiente sano, sí a las futuras generaciones, sí a la salud, sí a la vida campesina, sí a la cosmovisión Mapuche. Y, por todo eso, seguimos diciendo no a la megaminería.



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