OPINIÓN
27 de mayo de 2022
Elecciones en Colombia
COLOMBIA
Quizás podamos ver un presidente y una vicepresidenta que ayuden a reconstruir el Estado de Derecho en Colombia, plantea Abilio Peña Buendía en visperas de las Elecciones en su País.
Por: Abilio Peña Buendía *
Nuestra generación ha crecido con la memoria del crimen de Gaitán en 1948, cuando estaba a punto de ganar la presidencia de Colombia. Desde ese año en adelante hemos estado viendo llegar a cementerios de Bogotá y de otras partes del país, los restos de mortales de candidatos presidenciales y a otros cargos de representación popular. Desde finales de los 80 presenciamos el genocidio de la Unión Patriótica. Fueron asesinados, según estableció la Jurisdicción Especial de Paz, cerca de seis mil militantes entre ellos sus candidatos a la presidencia. Luego Carlos Pizarro León Gómez fue asesinado en en un avión de Avianca y a Galán, por decisión de un capo de la mafia, lo vimos caer en Soacha. En todos estos crímenes, la mano del Estado Liberal, Conservador, dejó su huella; primero de la mano de Chulavitas, después de paramilitares de distintos nombres, a veces legales y después formalmente ilegales, pero eso si confeccionados desde instancias del poder político y económico, desde las guarniciones militares y de los organismos de inteligencia del Estado.
En medio del crimen de lideres sociales que en lo que va del año asciende a 79 asesinatos, de 21 firmantes del acuerdo de paz y de las 44 masacres en las que perdieron la vida 148 personas, según datos de Indepaz, el próximo domingo en Colombia pueden ganar las elecciones a la presidencia y vicepresidencia Gustavo Petro y Francia Márquez. Él viene de la izquierda, fue un guerrillero que depuso las armas para apostarle a la paz; ella, viene de los movimientos sociales y ambientales del Cauca, el departamento que más asesinatos de líderes registra.
Petro ha sido capaz de enfrentar el establecimiento desde el Congreso de la República, en donde ayudó a visibilizar y a profundizar las denuncias sobre el para-estado y la para-economía, que ligados con el narcotráfico, se han hecho al control del Estado. También fue alcalde de Bogotá, desde donde, en el tiempo que lo dejaron gobernar, subsidió el costo de los servicio públicos para los estratos mas pobres, intentó que la empresa de aseo volviera a pertenecer a la ciudad, avanzó en la construcción de guarderías nocturnas para niñas y niños, que recibían cuidados mientras sus madres trabajaban; habilitó espacios para el consumo regulado de estupefacientes de personas adictas; habitó con destechados edificios en el centro de la ciudad, congeló el precio del transporte público, entre otros intentos que fueron severamente perseguidos por el establecimiento.
La real “encuesta” entre todas que lo dan como ganador, no en primera vuelta, sino en la segunda, fue la de las consultas para elegir candidatos presidenciales a las que se sometieron tres grandes coaliciones: la del Pacto Histórico, al que pertenecen Petro y Francia, la Coalición de la Esperanza a la que pertenece Sergio Fajardo, candidato de centro y el Pacto por Colombia, al que pertenece Federico Gutiérrez, candidato de la derecha.
Petro ganó con cuatro millones quinientos mil votos, contra Gutiérrez que obtuvo dos millones cientos sesenta y dos mil. Si la tendencia se mantiene, creemos que podrían Petro y Francia ganar en primera vuelta. Otro candidato que se presenta como independiente, pero que ha mostrado simpatías con el Uribismo es Rodolfo Hernández, quien es presentado por las firmas encuestadoras, como el que más ha crecido en las últimas semanas, alcanzando un empate técnico por el segundo lugar, pero todavía lejos de Petro y Francia.
Debemos contar, eso sí, con que el gobierno de Duque viene haciendo abierta campaña por Federico Gutiérrez, al igual que el comandante del Ejército. Una evidencia clara de esto es la reforma inconstitucional a la ley de garantías, que congelaba los gastos antes de las elecciones, permitiendo que el partido de gobierno distribuyera dinero para obras que favorecen a su candidato. También pesa la tensión permanente de que el y la candidata sean alcanzados por algún disparo, al igual que los intentos por sabotear las elecciones vía destitución del Registrador Nacional, responsable de la mecánica electoral, lo que obligaría al aplazamiento de los comicios.
Con todo, el que lleguen Petro y Francia al gobierno, no resolverá la crisis del estado de derecho, cuyo derrumbe tocó fondo en los tres períodos de gobierno del Uribismo y en el de Santos, a quien también el expresidente puso en la presidencia con su aval. Como ha dicho el propio candidato, podría comenzar la reconstrucción desde sus ruinas. Sin duda esa posibilidad está mediada por la fuerza de la movilización, que el hastío ciudadano sacó a las calles en los tres últimos años, sin importar que estuviera en medio la amenaza de la pandemia y la brutal represión estatal y para estatal que sobrevino.
* Secretario del Servicio Internacional Cristiano de Solidaridad con los pueblos de América Latina y miembro de la coordinación de la Alianza Global Convida20
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Comentarios
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Enrique Bonilla Cárdenas
Comentario
Me uno al voto por Gustavo Petro y Francia Márquez pues representan los intereses del pueblo, de los marginados, de los que permanentemente han sido relegados por el establecimiento.