Los delegados se reunieron para una audiencia final y pública con el Papa en el Vaticano este 1 de abril, cuando el Papa expresó sus sentimientos de dolor y vergüenza por la conducta de quienes dirigían esas escuelas.

Siento vergüenza, dolor y vergüenza por el papel que algunos católicos, en particular los que tenían responsabilidades educativas, han tenido en todas estas cosas que les han herido, los abusos que ustedes han sufrido y la falta de respeto mostrada hacia su identidad, su cultura e incluso sus valores espirituales. Por la deplorable conducta de estos miembros de la Iglesia católica, pido perdón a Dios y quiero decirles de todo corazón que lo siento mucho. Y me uno a mis hermanos, los obispos canadienses, para pedirles perdón."Una cita de Papa Francisco.

El Papa Francisco también dijo que esperaba visitar Canadá en los días próximos a la fiesta de Santa Ana, que se celebra el 26 de julio.

Este pedido de perdón fue bien recibido por las tres delegaciones de pueblos originarios canadienses.

Detrás de la indiferencia que ha durado siglos, detrás de las mentiras y la injusticia, el Papa Francisco ha decidido ir directamente al corazón de las cosas y decir palabras que los pueblos originarios han estado soñando con escuchar desde hace décadas. Una cita de Natan Obed, Presidente de Inuit Tapiriit Kanatami.

En ese momento, el líder inuit dijo que no podía evitar pensar en cómo la gente puede cambiar el mundo y cómo las personas pueden ver que hay justicia y que existe un camino hacia la justicia.

Cassidy Caron, presidenta del Consejo Nacional Métis de Canadá, se mostró profundamente conmovida por las disculpas y dijo que la reconciliación no empieza ni termina aquí.

Las palabras pronunciadas por el Papa hoy son ciertamente históricas. Eran necesarias y las aprecio profundamente. Una cita de Cassidy Caron, presidenta del Consejo Nacional Métis de Canadá.

Caron también contó que vio cómo los ojos de Angie Crerar, una superviviente de las escuelas residenciales, se llenaban de lágrimas en el momento en que el Papa pedía perdón, que fue un momento muy emotivo. Ella dijo que seguirá abogando para que el Papa venga a Canadá a compartir sus palabras, sus sentimientos, porque esas palabras serán importantes para los supervivientes.

El jefe nacional dene, el indígena Gerald Antoine, que encabezó una de las delegaciones, dijo que los líderes de las Primeras Naciones deberían participar en la planificación de dicha visita.

Hoy es un día que hemos estado esperando y ciertamente uno que tendrá un lugar de importancia en nuestra historia, dijo después de la reunión.

Es un primer paso histórico. Sin embargo, es sólo un primer paso. El siguiente paso es que el Santo Padre se disculpe con nuestra familia en su casa. Queremos escuchar sus palabras. Ellos también esperan escuchar esa disculpa en casa. Una cita de Gerald Antoine, jefe nacional dene.

Este pedido de perdón se produce al final de una semana de reuniones privadas por separado entre las delegaciones de las Primeras Naciones, los inuit y los métis y el Papa sobre el papel de la Iglesia Católica Romana en el sistema de escuelas residenciales para niños indígenas establecidos en Canadá.

La delegación inuit también había presionado para que la Iglesia intervenga en el caso de Johannes Rivoire, un sacerdote oblato fugitivo buscado en Canadá por delitos sexuales.

Los delegados de las Primeras Naciones de Canadá también instaron al Papa a revocar las bulas papales de hace siglos utilizadas para justificar la apropiación de tierras indígenas en las Américas por parte de las potencias coloniales.

Más de 150.000 niños indígenas fueron obligados a asistir a las escuelas residenciales entre la década de 1880 y 1996, y más del 60% de las escuelas estaban dirigidas por la Iglesia Católica. Para los indígenas, esas escuelas fueron una forma de genocidio cultural que buscaba hacer desapareces sus propias culturas y asimilarlos a la cultura europea dominante.

La Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que entre 2008 y 2015 examinó el historial del sistema de escuelas residenciales en Canadá, estableció la necesidad de una disculpa papal como parte de sus 94 llamados a la acción.

Esta comisión también instó a todos los grupos religiosos y confesionales a repudiar los conceptos utilizados para justificar la soberanía europea sobre las tierras y los pueblos indígenas.

Colleen Jacob, exjefa de la Primera Nación Xaxli'p en la provincia de Columbia Británica, escribió sobre su experiencia en una de esas escuelas residenciales en una carta dirigida al Papa durante su reunión privada de esta semana con los delegados de la Asamblea de las Primeras Naciones.

Jacob dijo que aún puede recordar vívidamente el autobús que la llevó por primera vez a una escuela residencial en 1974, cuando sólo tenía siete años. Ella contó el trauma que sintió, sumado al llanto por la separación de su familia.

Fuente: CBC / RC / O. Stefanovich / M. Josselin

Adaptación: RCI / R. Valencia