OPINIÓN
23 de octubre de 2021
En nombre de Dios, Chile a optado por una Constitución democrática
Por: Hervi Lara/ Santiago de Chile
El 16 de octubre de 2021, se realizó el CUARTO ENCUENTRO MUNDIAL DE MOVIMIENTOS POPULARES. (1) Este y los tres anteriores han sido convocados por el Papa Francisco.
En el mensaje de inauguración, el Papa ha pedido a los gobiernos y políticos de todos los partidos que eviten “escuchar solamente a la elites económicas y se conviertan en servidores de los pueblos que claman por tierra, techo, trabajo y una vida buena”, porque “este sistema con su lógica de la ganancia está escapando a todo dominio humano”.
Lo anterior puede ser ratificado por la situación de Chile: según la OCDE, el 53% de la población chilena está en riesgo de caer en la pobreza. A pesar de ello, existe una apariencia de bienestar que es dado por un “barniz consumista” que se ha internalizado en la marginalidad crónica del pueblo y que diversos segmentos de la población han buscado formas de “abrir los ojos”.
En 2001 realizaron el “mochilazo” 50.000 estudiantes secundarios. En 2006 salieron a la calle 1.400.000 secundarios en el “pingüinazo”. En 2011 salieron los estudiantes universitarios. Desde 2012 lo hicieron las asambleas territoriales ciudadanas de Freirina, Punta Arenas, Aysén, Calama, Chiloé, Pascua Lama, etc… En 2018 fue la “marea feminista”. En octubre de 2019, gatillado nuevamente por los estudiantes secundarios, se produjo el estallido social contra el sistema.
La extracción de plusvalía llegó a niveles extremos, disimulándose tras la oferta de créditos de consumo. (2) Esta ha sido una fórmula equivalente a las pulperías de los antiguos latifundios y de las salitreras. Es así como un hogar chileno promedio carga una deuda de un 75% del ingreso familiar y ocho veces el total de sus ingresos en un año. Mientras, el 1% más rico capta el 17% de los ingresos fiscales. Por su parte, las Asociaciones de Fondos Previsionales (AFP), durante 40 años han acumulado US$200.977 millones, equivalentes al 80% del PIB nacional. A junio del 2020, la pensión promedio entregada por las AFP fue de $195.000 (US$ 250).
A partir del estallido social del 18 de octubre de 2019, los movimientos sociales dieron inicio a la desestructuración de la Constitución de Guzmán-Pinochet, obteniendo un logro histórico en el plebiscito del APRUEBO y así poniendo límite a las prácticas tradicionales del duopolio político, económico y neoliberal.
De esta manera se ha desembocado en la Convención Constitucional. En el artículo 1.- del Reglamento General de la Convención Constitucional se lee que ésta “es una asamblea representativa, paritaria y plurinacional, de carácter autónomo, convocada por el pueblo de Chile para ejercer el poder constituyente originario. La Convención reconoce que la soberanía reside en los pueblos y que está mandatada para redactar una propuesta de Constitución, que será sometida a plebiscito”. Es, por tanto, en el contexto de los movimientos populares que se ha dado inicio oficial del debate constitucional dado por la Presidenta Dra. Elisa Loncón, quien ha afirmado que “por primera vez, los pueblos de Chile nos hemos sentado en una misma mesa, plural y en condiciones de igualdad y horizontalidad, a discutir y pensar un país donde la dignidad se haga costumbre”. (…) “Damos rienda suelta a la imaginación, imaginar los momentos hermosos que nos toca vivir. Imaginar lo común para nuestra vida y los que vendrán”.
Una Constitución democrática significa un paso de humanidad. Porque ante el modelo impuesto por la fuerza y cuyo muro de contención ha sido la Constitución de 1980, “es imprescindible ajustar los modelos socio-económicos para que tengan rostro humano”, porque “se han convertido en “estructuras de pecado” que estamos llamados a cambiar”. (3). En su mensaje a los participantes del Cuarto Encuentro Mundial de Movimientos Populares, el Papa Francisco ha entregado un claro respaldo a la Convención Constitucional de Chile en su búsqueda de cambiar una “Constitución de muerte” por una Constitución democrática que “sólo se consigue con libertad, igualdad, justicia y dignidad”. De allí la pertinencia del enérgico llamado al cambio “en nombre de Dios” a quienes tienen poder de decisión y cuyas decisiones inciden en las sociedades y en cada uno de sus integrantes:
“A los grandes laboratorios, que liberen las patentes. Tengan un gesto de humanidad y permitan que cada país, cada pueblo, cada ser humano tenga acceso a las vacunas. Hay países donde sólo tres, cuatro por ciento de sus habitantes fueron vacunados.
Quiero pedirles en nombre de Dios a los grupos financieros y organismos internacionales de crédito que permitan a los países pobres garantizar las necesidades básicas de su gente y condonen esas deudas tantas veces contraídas contra los intereses de esos mismos pueblos.
Quiero pedirles en nombre de Dios a las grandes corporaciones extractivas -MINERAS, petroleras-, FORESTALES, INMOBILIARIAS, AGRO NEGOCIOS, que dejen de destruir LOS BOSQUES, HUMEDALES Y MONTAÑAS, dejen contaminar LOS RIOS Y LOS MARES, DEJEN DE INTOXICAR LOS PUEBLOS Y LOS ALIMENTOS.
Quiero pedirles en nombre de Dios a las grandes corporaciones alimentarias que dejen de imponer estructuras monopólicas de producción y distribución que inflan los precios y terminan quedándose con el pan del hambriento.
Quiero pedirles en nombre de Dios a los fabricantes y traficantes de armas que cesen totalmente su actividad, una actividad que fomenta la guerra, y muchas veces en el marco de juegos geopolíticos que cuestan millones de vidas y de desplazamientos.
Quiero pedirles en nombre de Dios a los gigantes de la tecnología que dejen de explotar la fragilidad humana, las vulnerabilidades de las personas, para obtener ganancias, sin considerar cómo aumentan los DISCURSOS DE ODIO, el grooming, las fake news, las teorías conspirativas, la manipulación política.
Quiero pedirles en nombre de Dios a los gigantes de las telecomunicaciones que liberen el acceso a los contenidos educativos y el intercambio con los maestros por internet para que los niños pobres también puedan educarse en contextos de cuarentena.
Quiero pedirles en nombre de Dios a los medios de comunicación que terminen con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y esa fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio, que busquen contribuir a la fraternidad humana y a la empatía con los más vulnerados.
Quiero pedirles en nombre de Dios a los países poderosos que CESEN LAS AGRESIONES, BLOQUEOS, SANCIONES UNILATERALES contra cualquier país en cualquier lugar de la tierra. NO AL COLONIALISMO. Los conflictos deben resolverse en instancias multilaterales como las Naciones Unidas. Ya hemos visto cómo terminan las intervenciones, invasiones y ocupaciones unilaterales, aunque se hagan bajo los más nobles motivos o ropajes”.
Es éste un mensaje del Papa Francisco que podría considerarse una base de elaboración de una Constitución democrática de parte de la Convención Constitucional, para que efectivamente se multipliquen los panes y los peces y que alcancen para todos.
El pueblo de Chile, los seguidores del “Hijo del Carpintero” y el Papa Francisco, al auscultar los “signos de los tiempos”, quieren decir que Dios está a favor del desarrollo de la Convención Constitucional y de una nueva Constitución democrática.
NOTAS
- Los Encuentros Mundiales de Movimientos Populares son convocados por el Papa Francisco, bajo el lema de las tres T: tierra, techo y trabajo.
Los eventos son coordinados por el Cardenal ghanés Peter Tukson, Prefecto del Dicasterio para elServicio del Desarrollo Humano.
(2) Cuando el trabajador produce un valor que es superior al que recibe como salario, se produce un “plus valor” o plusvalía. En la sociedad capitalista es siempre menor que el de la mercancía. La plusvalía significa el proceso de acumulación de capital, basado en la explotación del trabajador. De esta manera, la persona del trabajador se enajena o “cosifica” al ser considerado como objeto de mercado.
(3) Forma parte del mensaje del Papa Francisco a los participantes del Cuarto Encuentro Mundial de Movimientos Populares.
El Primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares se realizó en Roma, entre el 27 y el 29 de octubre de 2014.
El Segundo Encuentro Mundial de Movimientos Populares se realizó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, entre el 7 y el 9 de julio de 1915.
El Tercer Encuentro Mundial de Movimientos Populares se realizó en El Vaticano, entre el 2 y el 5 de noviembre de 2016.
El Cuarto Encuentro Mundial de Movimientos Populares se realizó a través de zoom el 16 de octubre de 2021.
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