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PUEBLOS ORIGINARIOS

28 de septiembre de 2021

Recuperando la memoria histórica del Pueblo Nivaĉle

ARGENTINA: Se desarrolló una interesante investigación sobre memorias de violencia y despojo territorial en Comunidades Nivaĉle en la provincia de Formosa

Se desarrolló una interesante investigación sobre memorias de violencia y despojo territorial en Comunidades Nivaĉle en la provincia de Formosa, visibilizando historias sobre su cultura y sus modos de vida, su incidencia en la constitución de su subjetividad, sus formas de organización comunitaria y las herramientas para el ejercicio de sus derechos.

El Pueblo Nivaĉle es originario del Gran Chaco. Su territorio ancestral abarcaba una extensa región que hoy alcanza las jurisdicciones de  Argentina, Paraguay y Bolivia. Fueron despojados de la mayor  parte de sus territorios por las campañas militares de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. En la actualidad habitan en las provincias de Salta y Formosa, los ríos Bermejo y Pilcomayo continúan siendo centrales para la organización de su vida.

Las Comunidades Nivaĉle han logrado, desde hace algunos años, avances significativos en relación a su organización y gestión del reconocimiento de sus derechos como Pueblo Indígena, sin embargo aún no son reconocidos por el gobierno provincial.

De acuerdo al Artículo 75 Inciso 17 de la Constitución Nacional desde  1994 y otras normas internacionales, los Pueblos Indígenas son preexistentes a los Estados actuales por lo que tienen derechos reconocidos. Como consecuencia, las provincias están obligados a respetar estos derechos. Formosa parece ser un imperio aparte. Esto hace que en muchas ocasiones el acceso al territorio, a los DNI, a los servicios básicos como los de agua potable, luz eléctrica, salud pública y la posibilidad de contar con una Educación Intercultural Bilingüe, sean derechos ostensiblemente negados. Frente a esta serie de inconvenientes, la organización comunitaria y la vinculación estratégica con otras instituciones son claves para encontrar soluciones acordes a sus necesidades.

 

Eulogio Corvalán, referente del Pueblo Nivaĉle, permanentemente preocupado por la falta de reconocimiento a sus Comunidades, nos cuenta sobre lo que significa trabajar junto Joice Barbosa Becerra en el proyecto Memoria Histórica del Pueblo Nivaĉle:

Con Joice comenzamos a trabajar en 2015. Ella primero se acercó a  las Comunidades para investigar las realidades y la preexistencia del Pueblo Nivaĉle en Formosa. Investigó la memoria, la historia, la territorialidad y la identidad.

Esta investigación consiste en un trabajo que nos muestre para poder ser reconocidos. Se investigó sobre nuestra memoria y dependíamos de que se haga realidad la identidad con el acceso al DNI y el reconocimiento de nuestras tierras.

Estos abordajes son importantes porque el hecho ser reconocidos provincial y nacionalmente es una problemática de la que se ha hablado muchas veces y con este proyecto se ha  logrado algo, además de mostrar las Comunidades y nuestros territorios, costumbres, realidades y la preexistencia.

Lo que observamos diariamente en nuestras Comunidades es la falta de los Documentos de Identidad, problemas de tierras y si faltan esos reconocimientos es muy difícil progresar.

Como Pueblo Nivaĉle tendríamos más fuerza si fuésemos reconocidos, teniendo nuestro propio territorio, en este sentido es necesaria la prórroga de la Ley 26160 para seguir garantizando nuestros derechos como Pueblos Indígenas.

Uno tiene que aprender muchas cosas sobre la lucha Indígena. Valorar lo que es ser un líder y luchar para un Pueblo. La idea y el objetivo es que seamos reconocidos como Pueblo Originario, porque somos preexistentes a los Estados nacional y provincial. Seguiremos luchando para ser contemplados algún día.

 

 

La Mg. Joice Barbosa Becerra es investigadora, vinculada al Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Es docente e investigadora de la Maestría en Estudios y Políticas de Género de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Psicóloga, Magíster en Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata y Doctoranda en antropología social de la UBA.
Ha trabajado problemáticas territoriales Indígenas vinculadas al desplazamiento forzado y la vulneración del derecho a la consulta previa, libre e informada*. En la actualidad realiza junto a las Comunidades del Pueblo Nivaĉle, en Formosa, la investigación sobre Memoria Histórica del Pueblo Originario.
*Barbosa Becerra, J. (2018). “Hijos de la madre tierra”: Discursos sobre el derecho al territorio ancestral presentes en sentencias de la Corte Constitucional colombiana (1992-2011). Tesis de posgrado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. En Memoria Académica. Disponible en:

http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.1592/te.1592.pdf

 

Joice Barbosa Becerra nos cuenta sobre el proceso que lleva adelante y aborda distintas aristas relacionadas a la cuestión territorial.

 

– ¿Hace cuánto tiempo viene trabajando junto a las Comunidades Nivaĉle en Formosa?

El proyecto que vengo realizando junto a las Comunidades Nivaĉle se titula La gente del Pilcomayo, reconstrucción de la memoria histórica del Pueblo Nivaĉle en territorios en emergencia. Es un proyecto de tesis doctoral que comenzó con mi presentación a las becas de doctorado en el CONICET en el año 2014.

Las Comunidades que participan del proyecto son San Miguel, San José, Tisjucat, Nu’us T’iyôjavate y Fa’aycucat El Algarrobal, también algunas familias que se encuentran en La Media luna.

Lo que propone este proyecto es analizar las memorias de violencia y expropiación territorial al Pueblo Nivaĉle en Formosa, y cuál es su incidencia en la constitución de sus Comunidades, de su realidad; también del impacto que tiene en su identidad, en sus formas de organización comunitaria.

Además, busca analizar las herramientas que las Comunidades han construido y sostenido para el ejercicio de sus derechos y cómo estas herramientas son usadas en la actualidad para hacer frente a una realidad de muchísima vulneración social y económica.

La intención de desarrollar esta propuesta comenzó en el marco de un voluntariado profesional que realicé en Amnistía Internacional en el 2010. Una de mis tareas era hacer un relevamiento de las problemáticas territoriales, en el marco de la prórroga de la Ley 26160. Era un trabajo para ver por dónde priorizar las acciones de una campaña que en ese momento se estaba llevando adelante en Amnistía, y así conocí y me acerqué a las realidades de las Comunidades Nivaĉle.

En particular lo que veíamos era que la vulneración de los derechos fundamentales de estas Comunidades era principalmente profundizada por la negación, entonces, de su personería jurídica, individual y colectiva. Entonces, la falta del Documento Nacional de Identidad en las Comunidades era mucho mayor que la de ahora, aunque todavía es un problema.

Al acercarme a las realidades de las Comunidades y también al indagar en los antecedentes, en los conocimientos que se tenían de este Pueblo, comprendí que se sabía muy poco de su actualidad, los estudios que se tienen no hacen foco en este problema principal de la negación del reconocimiento de su preexistencia  en Argentina y en particular en Formosa.

Los estudios con los que me encontraba no reflejaban esta realidad de despojos que las han impactado y que son la causa por la que las Comunidades Nivaĉle se encuentran en la situación en la que están. Entonces me pareció necesario realizar un estudio junto a las Comunidades que fuera participativo, que pudiera recuperar todas las voces de su propia historia.

Así, desde estas memorias, desde las historias no legitimadas, no contadas, poder hacer una crítica a la historia oficial, por decirlo de alguna manera. Ante la falta de investigaciones y análisis que dieran cuenta de cómo la conformación de estos territorios de frontera y del Chaco argentino –no solamente de Formosa- fueron procesos de negación, de invisibilización de muchos Pueblos en esta región, y de manera particular ha sido todo un proceso de desplazamiento, de despojo y de “borramiento” de la presencia Nivaĉle.

Este proyecto, procura, comenzar a darle lugar a estas memorias e historias con una doble finalidad: por un lado, producir conocimiento sobre la producción y conformación de estos territorios y por otro, hacerlo con y para el Pueblo Nivaĉle, buscando que se conviertan en herramientas para el ejercicio de sus derechos, para sus apuestas y para lo que crean que pueda ser útil.

– ¿En qué consiste su investigación sobre Memoria Histórica del Pueblo Nivaĉle?

El Pueblo Nivaĉle ha sido sobreviviente de múltiples violencias y dentro de estas se encuentran distintos desplazamientos forzados a causa del despojo, por parte de los Estados nacionales, a partir del ejercicio de la violencia armada y posteriormente por la colonización y ocupación de sus territorios, también de la mano de la presencia de las misiones religiosas, evangelizadoras.

Esta situación de despojo territorial es un escenario crítico para los Pueblos Indígenas, pues el territorio es el espacio fundamental para la reproducción de su vida, de su cultura, de sus proyectos como Pueblo, como Nación. Esto se ve profundizado en el último tiempo con el empobrecimiento que ha tenido toda esta zona del Pilcomayo, a causa de la alteración de la corriente de agua del río; sabemos que el río Pilcomayo es bastante paradigmático por sus cambios, por ser errático, pero digamos que la acción por parte de los gobiernos, tanto del Paraguay como de la Argentina,  no le ha dado solución a estos territorios, sino que por el contrario, las intervenciones que se han hecho sobre este río  han derivado en otro tipo de consecuencias, y muy negativas, en el caso de las Comunidades Nivaĉle.

Buena parte de su de su cultura, sobre todo de las Comunidades en Formosa y Salta  que históricamente han habitado las riberas del Pilcomayo y que toda su configuración organizativa, social y cultural está alrededor del río. La pérdida del acceso al río que han tenido estas poblaciones Nivaĉle del Pilcomayo ha impactado fuertemente en su en su vida, en su economía, la economía para la vida.

No tenía idea de lo profundo que ha sido el impacto en relación con las transformaciones territoriales que tuvo toda esta zona, y en particular las que se han dado por los cambios del Pilcomayo. Esta violencia se dio por las aspiraciones de control territorial, de soberanía y demás definiciones de las jurisdicciones y a causa de esto la falta de reconocimiento como Pueblos, tenemos entonces la carencia institucional que se ha venido tendiendo por falta de condiciones materiales para el sostenimiento de la vida de las poblaciones, que fueron despojadas desde los territorios de sus medios de producción y para el desarrollo de sus economías; fueron transformados e impactados sus modos de organización en general, y también se les quitaron, de alguna manera, sus fuentes de trabajo y de su subjetividad productiva.

Han sido sometidos a través de estas condiciones de mucha vulneración socioeconómica y no hay políticas efectivas que reviertan y garanticen sus derechos, entonces, toda esta situación y en la aspiración de los Pueblos de dignificación de sus realidades, las Comunidades Nivaĉle han sido muy fuertes en la resistencia.

Las Comunidades Nivaĉle son permanentemente señalados como extranjeras por la población local de estos territorios, también incluso por funcionarios públicos, es decir, hay un imaginario construido en Formosa que les adjudica nacionalidad paraguaya, que en definitiva es una negación de su preexistencia y este discurso es usado para deslegitimar su presencia en estos territorios y la exigencia de las Comunidades para que se les garanticen sus derechos como Pueblo Indígena.

Lo cierto es que la frontera del Pilcomayo fue la última en definir sus límites y estuvo atravesada por muchos conflictos:  la Guerra de la Triple Alianza contra el Paraguay, la campaña del Estado argentino contra los Pueblos Originarios del Chaco y la Guerra del Chaco, conflictos que para el continente son de gran relevancia y que atravesaron la realidad de las Poblaciones Originarias de estos territorios. En las memorias de los Nivaĉle estos conflictos armados, los enfrentamientos con los distintos ejércitos, las huidas, las masacres, el miedo, la tristeza, están muy presentes como parte de la desorganización territorial que transformó para siempre sus modos de vivir.

Lo que estamos intentando al recuperar toda la historia es volver a poner sobre el tapete el tema de los Pueblos transfronterizos, porque en un momento de cerramiento de las fronteras a nivel global, los Pueblos preexistentes que han quedado atrapados identitariamente en la frontera de los Estados nacionales son una realidad invisible.

La mecánica que hoy podemos llamar transfronteriza, pero que es una dinámica de movilidad ancestral, es permanente en los pueblos que habitan las fronteras y en el caso de los Nivaĉle, ni el gobierno argentino ni el paraguayo se hacen responsables de garantizar cuestiones amparadas por Convenios Internacionales como el 169 de la OIT.

La presencia Nivaĉle se puede rastrear en diversas fuentes documentales de los misioneros, expedicionarios, cartógrafos, militares y académicos que participaron de la colonización del Gran Chaco. Recabar toda esa documentación también ha sido parte de este proyecto. No es una tarea sencilla, pero creemos que es un material que debe ser puesto a disposición de las Comunidades Nivaĉle. En el trabajo con los mapas y diarios de expedicionarios, por ejemplo, nos dimos cuenta de dos elementos claves, primero que la presencia Nivaĉle aparece con distintos etnónimos o nombres con los cuales eran llamados en distintas lenguas originarias del Chaco -dato que fue confirmado por los Nivaĉle-, es por esto que en Argentina se los conoce más como Chulupí, también aparecen como Ashluslay, Sowua, Sotiagay, entre otros. Segundo, los mapas nos van mostrando el paulatino desplazamiento y encerramiento de los Nivaĉle en la frontera a medida que iba avanzando la acción colonizadora en su territorio originario.

 

Estamos ya en el cierre de esta investigación; durante todos estos años, desde el 2015, que estuve visitando y recorriendo las Comunidades, todo este proceso lo fuimos llevando no solamente a través de las visitas y las estadías -haciendo una recuperación de su propia voz, de estas memorias y estas historias-, sino también a través de distintos talleres de memoria, procesos organizativos, liderazgos, todo para intercambiar las realidades, sus historias.

Utilizamos recursos para un trabajo más colectivo de gestión de personerías jurídicas, de acceso a la salud, un proyecto para el aprendizaje de la escritura del idioma Nivaĉle y también se dio la posibilidad de realizar el proceso de restitución de los restos de una niña Nivac´che que se encontraban en el Museo de La Plata; en el marco del proyecto de memoria pudimos, de alguna manera, alojar esta acción de recuperar estas memorias de violencia.

La restitución vino a ocupar un lugar muy importante en este proceso, porque había memorias que no eran evocadas en los talleres y los distintos trabajos, y cuando se generó la restitución tuvieron lugar.

 

 

– ¿Cuáles son las principales problemáticas que ha observado hasta el momento?

Los territorios en los que se encuentran distribuidas las Comunidades Nivaĉle, principalmente las de la provincia de Formosa, son territorios que se pueden denominar en emergencia y no se trata únicamente de la proclamada por la legislación para el relevamiento de los Territorios Indígenas, Ley 26160 que declara la emergencia territorial indígena, sino que además se denomina territorios en emergencia a estas territorialidades que surgen a partir de esta acción inacabada de construcción social de su espacialidad y también de la resignificación de su identidad.

Se dice que actualmente las Comunidades se encuentran en mejores condiciones que hace unos años; sin embargo, aún falta muchísimo para garantizar sus derechos. Hicimos, con una colega, un proyecto para el relevamiento, un diagnóstico de su situación de salud y del acceso a los servicios en la provincia y nos encontramos que había muchas dificultades para acceder a su derecho a gozar de una buena salud y completo bienestar.

Estas dificultades se ven aparejadas por las que tienen también en las condiciones materiales de su existencia, la falta de fuentes de agua segura, de trabajo digno. Por lo general las Comunidades se ven enfrentadas a trabajos extremadamente precarizados, entonces  el impacto en su salud y en sus cuerpos es muy negativo. También en el caso de la educación, si bien la mayoría de niños y niñas de las Comunidades asisten a una institución educativa, hay un alto índice de deserción escolar y existen muchas dificultades para sostener la continuidad de los años escolares y también hay que mencionar la negación del acceso a una educación bilingüe, que está completamente negada para los Nivaĉle.

 

– Con relación a lo territorial, ¿Cómo es la situación actual de las Comunidades?

Es importante problematizar esta idea de espacialidad estable, de que lo Indígena debe permanecer como en una nota de color sepia, en una identidad rígida, estable no mutable; en este sentido los territorios en los que habitan las Comunidades Nivaĉle  podríamos describirlos como en emergencia por la conflictividad por la cual están atravesados debido a distintos impactos y hoy día el desplazamiento y la afectación de estos territorios se ve nuevamente frente a toda la ampliación de la frontera agrícola.

 

 

Las territorialidades Nivaĉle estuvieron durante mucho tiempo periféricas al avance de esta frontera pero actualmente ya los alcanzó; todos estos territorios se enfrentan al desmonte, a la ampliación de la de la frontera ganadera, de la agricultura intensiva. Con el avance de la tecnología, estas tierras han sido transformadas en aptas para esto y todo el paisaje ha cambiado profundamente con la ampliación de esta frontera, incluso en las memorias, en las evocaciones, en los recuerdos de los Nivaĉle hay una nostalgia por el paisaje, por el campo, por el paisaje del río.

Las Comunidades tienen en la actualidad una inseguridad territorial. Después de una ocupación histórica de las familias Nivaĉle, caracterizada por una movilidad ancestral permanente, en el último tiempo con el crecimiento de las zonas urbanas de todos los parajes rurales donde las Comunidades se fueron constituyendo en los márgenes; debido justamente a la búsqueda de fuentes de trabajo, también para acceder a los servicios básicos.

Tal como pasa con la mayoría de los Pueblos Indígenas en Argentina, han sufrido el racismo y la discriminación de manera directa y durante mucho tiempo fueron desplazados constantemente de sus lugares de asentamiento. Ha habido organizaciones locales y de la sociedad civil que han acompañado de alguna manera a estas Comunidades y en el último tiempo han podido acceder a pequeños terrenos a nombre de las personas, que por esto de la propiedad individual no podrían llamarse títulos colectivos, pero son espacios de uso colectivos que están a nombre de miembros de las Comunidades, pero que han sido adquiridos a través del acompañamiento y el apoyo de organizaciones sociales, no así por el ejercicio del derecho de los Pueblos Indígenas de acceder al territorio. 

Esperamos que con el relevamiento de la 26160 sea contemplada esta situación territorial y se puedan garantizar sus derechos territoriales.

Las Comunidades Nivaĉle que se encuentran en la provincia de Formosa tienen un proceso organizativo; cada una tiene su propia forma de organización social, de elección de sus liderazgos. El modo principal de toma de decisiones es la asamblea y el consenso, y la forma de organización social es el trabajo colectivo y comunitario. En la actualidad se nuclean en la Organización de Comunidades Nivaĉle que es incipiente, pero con la cual pueden acceder a la presentación de proyectos y demás, en vista de que aún no se les ha garantizado el derecho a su personería jurídica.

Asimismo, las Comunidades han realizado en distintos momentos solicitudes para la gestión de documentos de identidad, algo que es un trámite sencillo para cualquier persona pero que para los Nivaĉle ha sido una gestión de mucho desgaste, hoy día sigue siendo un derecho negado y que los Estados, tanto provincial como nacional, no terminan de resolver. Se les impiden así sus derechos ciudadanos, tanto de participación política como económicos y sociales. Estas son las distintas en vulneraciones que viven las Comunidades.

 

– ¿Cuál cree que sería la solución para el justo reconocimiento de los derechos territoriales de las Comunidades Indígenas? ¿Considera necesaria una prórroga de la Ley 26160?

Es necesaria la Ley 26160, es muy importante, debe renovarse, no debería tener un punto final sino ser permanente. Estas herramientas jurídicas son valiosas, pero no son suficientes. Esta ley declara la emergencia territorial y prohíbe los desalojos a las Comunidades, pero vemos, a lo largo de todo el territorio, que los desalojos siguieron dándose, incluso por las vías oficiales mediante la decisión de un juez.

Estas leyes no son suficientes en la medida que no se reconozca primero la historia de los Pueblos, el genocidio procurado a las Comunidades Indígenas, que no haya un lugar en la historia oficial para todas estas memorias, estas historias de violencia, pero también con el aporte de los Pueblos Indígenas en la construcción del país y de la realidad. Si no hay un lugar en la sociedad, de reconocimiento legítimo a las Comunidades Originarias, no es posible la reparación que procure dignificar sus realidades.

Si esto no pasa, vamos a seguir asistiendo a este proceso que se llama genocidio por goteo, la muerte lenta; en este caso de las Comunidades Nivaĉle, sometidas a condiciones materiales de existencia tan vulneradas que desgastan a las Comunidades, deterioran sus cuerpos, impactan fuertemente en sus identidades y en la producción de sus proyectos de vida.

Me parece que además de ir por esta ley tan importante, necesitamos una ley que reconozca la propiedad comunitaria de sus territorios, la propiedad colectiva y un proceso más amplio como sociedad, de reconocimiento de esta historia de negación, de racismo, de discriminación y de despojo, hacer algo con eso para que los Pueblos Indígenas puedan desarrollar en condiciones de dignidad sus proyectos y puedan seguir participando activamente del presente y el futuro de este país y poder construir otro proyecto como sociedad.

Me gustaría advertir que en estos procesos de memoria histórica, se dan transformaciones en el imaginario nacional de una Argentina “blanca” y europea a una Argentina Indígena que reconoce la preexistencia Indígena.  Estos desarrollos se dan en el marco de profundas reconfiguraciones identitarias y territoriales que ponen en tensión la construcción histórica de la cultura dominante, de la sociedad mayoritaria y la de Estados nacionales; entonces debemos plantearnos cómo las acciones que van en camino al reconocimiento del Pueblo Nivaĉle, se deben dar en un proceso que dignifique la memoria y la historia negada no solo de los Pueblos Indígenas, sino también de la historia negada de toda la sociedad Plurinacional Argentina.

 

– ¿Cuál fue su experiencia personal en el contacto con el Pueblo Nivaĉle?

Durante todos estos años de conocer las realidades de las Comunidades Nivaĉle, de estar ahí, de compartir, he aprendido muchísimo. Cuando estuve ahí escuché sobre su historia y su territorio, que tiene sus particularidades, su dinámica. Los territorios de la frontera son muy distintos a otros. Allí tuve un cambio de pensamiento en relación con querer enmarcar un territorio en lo nacional, lo cierto es que los Pueblos Indígenas son preexistentes. También está la cuestión de querer, desde la academia, racionalizarlo todo, ponerle palabras a todo, verbalizar las razones; con los Nivaĉle aprendí que hay otras formas de narrar, de buscar esos recuerdos. Aprendí que también hay silencios, que no todo tiene que ser contado y que no todo se cuenta con la razón, que también hay mucho de afectos, de emociones, de corporalidades que te cuentan las historias de otra manera. Hasta que no estás ahí, no lo vives y no lo aprendes.

En lo personal además aprendí mucho sobre lo de ser migrante y estar en un territorio de frontera, donde estas márgenes parecieran que por momentos desaparecen, pero por momentos se convierte en muy rígidas, muy presentes;  esto me llevó a repensar muchas cosas de  mi propia movilidad y mi propia migración. Todo eso fue sentido y experimentado.

Siempre me siento muy cuidada cuando estoy en las Comunidades. Ha sido una experiencia muy, muy satisfactoria y enriquecedora. Siempre uno vuelve  con el corazón arrugado, y muchas veces ando muy frustrada con el hecho de no poder hacer mucho más, de saber que hay tanto abandono estatal, tanta negligencia con respecto a las Comunidades Indígenas en general;  siempre que me vengo, lo hago muy consternada. Pero quiero decir para que quede claro que también hay mucho ejercicio de resistencia, de lucha, de apuestas por la vida. La gente se aferra a la vida, se aferra a su historia, a la dignidad y a una vida que merece ser vivida y eso se ve en los en las Comunidades. Cuando les he preguntado ¿cómo se imaginan el futuro de los Nivaĉle?, ellos siempre te dicen, “un futuro donde todas estas niñas y niños puedan estar tranquilos, tener  sus familias, sus vidas, tranquilos, con trabajo”. Y bueno, en eso están, en el luchar por el futuro de sus generaciones y por la pervivencia. Compartimos parte del trabajo realizado por Eulogio Corvalán y Joice Barbosa Becerra. Estas producciones nos invitan a conocer más sobre la historia de este Pueblo Originario.

http://cidac.filo.uba.ar/sites/cidac.filo.uba.ar/files/revistas/adjuntos/folleto_nivacle_210720_vectorial.pdf

http://cidac.filo.uba.ar/sites/cidac.filo.uba.ar/files/revistas/adjuntos/folleto_nivacle_2_%20210823_curvas_pag_final.pdf

 

Fuente: ENDEPA



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